El acuerdo es un paso adelante sin precedentes para frenar la contaminación plástica en todo el mundo.Patrizia Heidegger informa desde la sala de conferencias de la UNEA en Nairobi.
La tensión y el entusiasmo en la sala de conferencias son palpables.Tras los delegados quedó una semana y media de intensas negociaciones, a menudo hasta altas horas de la madrugada.Los activistas y defensores se sientan nerviosos en sus sillas.Han venido a Nairobi, Kenia, a la 5ª Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) para asegurarse de que los gobiernos lleguen a un acuerdo sobre una resolución en la que han estado trabajando durante muchos años: el texto sugiere crear un Comité de Negociación Internacional (CIN) para elaborar un Tratado internacional jurídicamente vinculante para frenar la contaminación plástica.
Cuando el presidente de la UNEA, Bart Espen Eide, ministro de Medio Ambiente de Noruega, golpea el mazo y declara adoptada la resolución, estallan aplausos de celebración y vítores en la sala de conferencias.El alivio se refleja en los rostros de quienes han luchado duramente por ello, algunos con lágrimas de alegría en los ojos.
La magnitud de la crisis de la contaminación plástica
Cada año se producen más de 460 millones de toneladas métricas de plástico, el 99% a partir de combustibles fósiles.Al menos 14 millones de toneladas terminan cada año en los océanos.El plástico constituye el 80% de todos los desechos marinos.Como resultado, cada año mueren un millón de animales marinos.Se han encontrado microplásticos en innumerables especies acuáticas, en la sangre humana y en la placenta durante el embarazo.Solo alrededor del 9% del plástico se recicla y los volúmenes de producción global han seguido aumentando año tras año.
La contaminación plástica es una crisis global.Los productos plásticos tienen cadenas globales de suministro y valor.Los residuos plásticos se envían a través de continentes.La basura marina no conoce fronteras.Como preocupación común de la humanidad, la crisis del plástico requiere soluciones globales y urgentes.
Desde su sesión inaugural en 2014, la UNEA ha visto llamados a la acción cada vez más fuertes.En su tercer período de sesiones se creó un grupo de expertos sobre desechos marinos y microplásticos.Durante la UNEA 4 en 2019, las organizaciones y defensores ambientales presionaron mucho para llegar a un acuerdo sobre un tratado, y los gobiernos no lograron llegar a un acuerdo.Tres años después, el mandato de empezar a negociar es una gran victoria para todos esos incansables activistas.
Un mandato global
La sociedad civil ha estado luchando arduamente para garantizar que el mandato adopte un enfoque de ciclo de vida que abarque todas las etapas de la producción, el uso, el reciclaje y la gestión de residuos del plástico.La resolución pide que el tratado promueva la producción y el consumo sostenibles de plásticos, incluido el diseño de productos, y destaca los enfoques de economía circular.La sociedad civil también ha estado enfatizando que el tratado debe centrarse en la reducción de la producción de plástico y la prevención de los desechos, especialmente la eliminación de los plásticos de un solo uso: el reciclaje por sí solo no resolverá la crisis del plástico.
Además, el mandato va más allá de conceptos anteriores de un tratado que abarcara únicamente la basura marina.Este enfoque habría sido una oportunidad perdida para abordar la contaminación plástica en todos los entornos y durante todo el ciclo de vida.
El tratado también tendrá que evitar soluciones falsas a la crisis de los plásticos y el lavado verde, incluidas afirmaciones engañosas sobre reciclabilidad, plásticos de origen biológico o biodegradables o reciclaje químico.Debe promover la innovación de sistemas de recarga y reutilización libres de tóxicos.Y debería incluir criterios estándar para el plástico como material y para la transparencia, así como limitaciones a los aditivos peligrosos en los plásticos para una economía circular no tóxica en todas las etapas de vida de los plásticos.
La resolución prevé que el Comité retome su trabajo en el segundo semestre de 2022. Para 2024, se espera que complete su trabajo y presente un tratado para su firma.Si se mantiene ese cronograma, puede convertirse en la negociación más rápida de un importante Acuerdo Ambiental Multilateral.
En el camino (lleno de baches) para liberarnos del plástico
Los activistas y activistas ahora merecen celebrar esta victoria.Pero una vez que terminen las celebraciones, todos aquellos que busquen reducir la contaminación plástica tendrán que trabajar duro en los años hasta 2024: tendrán que luchar por un instrumento fuerte con mecanismos de aplicación claros, un instrumento que conduzca a una significativa reducir la producción de plástico en primer lugar y eso reducirá la cantidad de residuos plásticos.
“Este es un paso adelante crucial, pero todos somos conscientes de que el camino hacia el éxito será difícil y lleno de obstáculos.Algunos países, bajo la presión de ciertas corporaciones, intentarán retrasar, distraer o descarrilar el proceso o ejercer presión para lograr un resultado débil.Es probable que las empresas petroquímicas y de combustibles fósiles se opongan a las propuestas para limitar la producción.Hacemos un llamado a todos los gobiernos para que garanticen negociaciones rápidas y ambiciosas y garanticen una voz destacada para las ONG ambientales y la sociedad civil en general”, dijo Piotr Barczak, Oficial Senior de Políticas para Residuos y Economía Circular de la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB).
Los activistas también tendrán que asegurarse de que las comunidades más perjudicadas por los plásticos se sienten a la mesa: aquellas expuestas a la contaminación por materias primas plásticas y producción petroquímica, por vertederos, vertederos, quema de plásticos a cielo abierto, instalaciones de reciclaje de productos químicos e incineradoras;trabajadores formales e informales y recicladores a lo largo de la cadena de suministro de plástico, a quienes se les deben garantizar condiciones de trabajo justas y seguras;así como voces de consumidores, Pueblos Indígenas y aquellas comunidades que dependen de recursos marinos y fluviales perjudicados por la contaminación plástica y la extracción de petróleo.
“Recibir el reconocimiento de que este problema debe abordarse en toda la cadena de valor del plástico es una victoria para los grupos y comunidades que han estado enfrentando las transgresiones y narrativas falsas de la industria del plástico durante años.Nuestro movimiento está dispuesto a contribuir significativamente a este proceso y ayudar a garantizar que el tratado resultante prevenga y detenga la contaminación plástica”.
Hora de publicación: 13 de septiembre de 2022
